Renace la fuerza de la vida. Los brotes se abren paso rompiendo membranas con la resistencia de lo inexorable. Y no hay quién les pueda vencer.
...Y el estío grita a medio día con su joven sol; Los rayos se cuelan por las sonrisas, por las miradas, por las grietas congeladas. Y no hay quien le pueda vencer
1 comentario:
me emociona ver un brote tierno en lugares insospechados, como un trozo de asfalto o un tejado. Hasta la naturaleza domesticada de los parques y jardines se vuelve algo salvaje en estos dias y no digamos nosotras!
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